Diviértete creando tu sello personal para dejar huella allá donde quieras de forma fácil y sencilla con cosas básicas que encontrarás por casa. Necesitamos una patata mediana, un cuchillo con punta, una gran idea para tu sello y tinta que puedes encontrar en cualquier papelería. Para facilitarnos la labor, podemos dibujar en un folio nuestra idea para el sello, de forma que estamos viéndola o incluso podemos recortar el dibujo y usarlo de plantilla.
Partimos la patata en dos mitades iguales y, como hemos recortado el dibujo para tener nuestra plantilla, lo ponemos en una de las mitades para ahora, con el cuchillo perfilar los bordes del dibujo.
Una vez lo tenemos, quitamos el papel y con mucho cuidado, con el cuchillo, vamos quitando los sobrantes de alrededor de nuestro dibujo de la patata, de forma que nuestro sello tome relieve en ella. Ve con mucho cuidado y paciencia, ya que puede romperse. Es bueno que para este tipo de manualidades, elijas un dibujo o un sello personal, que no tenga demasiados salientes o partes centrales que poner de relieve, ya que así te costará menos plasmar tu idea.
Pues con paciencia, hemos conseguido vaciar la patata sobrante de alrededor con lo que ahora está de relieve nuestra marca personal. Antes de nada, podemos «sellar» con la patata tal cual en una hoja de papel para secar la superficie. Ahora ya estamos listos para ir a por la tinta y con cuidado de no mancharnos, empapar la parte de relieve de la patata con nuestra marca personal en la misma para después dejar plasmada nuestra gran idea en todos nuestros sobres o cartas, trabajos o notas que queramos dejar, sin tener que gastar tiempo en firmar y evitando hacer cada vez una firma diferente al resto. Será nuestra firma, única y personal y la habremos hecho nosotros mismos.
